miércoles, 11 de febrero de 2015

Crónica - Viaje a París - Julio 2012 (Parte Dos - "Sin novedad")

Sin novedad

Solo veo multitudes pasar.
Rostros diversos, colores diversos.
Veo a las naciones
al frente mío desfilar,
caminan con un rumbo,
pero se les ve dispersos.

Cada uno tiene su pensar,
los adolescentes buscan donde conectarse
para su tableta poder cargar.

Los viejos abren sus libros,
algunos modernizados, su IPAD.
Los que solo vemos,
esperamos para abordar el vuelo
y los más pequeños,
solo quieren correr
y las sillas de la sala de espera escalar.

Sin más novedad,
me doy cuenta que solo tengo esta pluma,
este papel y mi corazón,
siempre pegado al tuyo.

Escribo todo esto,
para narrarte mi visión,
sin nada más por ver,
no estas tú y eso me causa depresión.

Solo veo multitudes pasar
y de ti, ninguna novedad.
Solo me queda extrañar
tu bello rostro, tu mirar.

Ya subí al avión que me llevará a la ciudad de París en Francia (Por si alguno ignoraba la ubicación de París) Este vuelo debe salir a tiempo. No hay fallas mecánicas y los asientos son bastante más cómodos. Solamente somo dos personas por fila pero el espacio que hay entre filas, es verdaderamente estrecho. Nena mía, tu haces falta en esta aventura. Sin ti, esto es solamente un trámite.

Vengo escuchando la canción de "Veo llover" de Abel Zavala. Me hace recapacitar y meditar sobre mi relación con Dios. La relación con Dios, de mi parte, se ha deteriorado. No he sido agradecido con Él o al menos no como yo creo debe ser la actitud de un ser agradecido. En fin, hay tiempo de sobra para meditar (Me esperan ocho largas horas de vuelo).

Un pequeño está llorando inconsolable. Lleva horas así. Su padre, es un hombre de color de gran volumen. Ha tratado de calmarlo pero no lo logra. Me recuerda a mi Mateo. Extraño a mi pequeño hijo. Hay muchos niños en este vuelo lo que me invita a creer que podremos viajar pronto, aunque mi pequeños sean solo unos bebés.

De acuerdo, la comida en el avión fue buena. Cumplió con el propósito. El menú: pasta, ensalada, un brownie, pan, mantequilla y una refrescante soda. Esta vez tenemos una pequeña almohada y una cobija para las piernas. Vamos a una altura de 9,752 metros y a una velocidad de 856 km/hr según lo que dice el monitor. La temperatura afuera del avión es de -32°F, pero no estoy muy seguro. Dejé ir ese dato. Son las 02:30 HRS en París y las 19:00 HRS en México.

Ya van seis horas de vuelo y aún faltan tres. No te miento si te digo que me duele todo. No puedo pararme porque la persona que esta a mi lado, duerme plácidamente (Es una niña de 12 años, ella si cabe en el asiento) Yo, he batallado para poder acomodar mi voluptuoso cuerpo en este espacio tan reducido como incómodo. Ya no puedo dormir y aún faltan tres horas de vuelo ¿Ya lo había mencionado? Dios mío ¡Ten misericordia de mis articulaciones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, tus comentarios son valiosos para nosotros. Un abrazo y que Dios te bendiga.